RODARI ENLACES
CUENTOS POR TEL
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RODARI CUENTOS EN CIUDAD SEVA
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VIDEO UNA JOYA EN ITALIANO
LA MAGIA DE RODARI CON LOS NIÑOS
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CUENTOS DE RODARI DE PEDRO PARCEThttps://www.youtube.com/playlist?list=PLWTXvF2mDQEfcpCLc-umooMn2fGCP1CSs
CURSOS Y TALLERES DE NARRACIÓN ORAL TODO EL AÑO.
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CUENTOS DE RODARI DE PEDRO PARCEThttps://www.youtube.com/playlist?list=PLWTXvF2mDQEfcpCLc-umooMn2fGCP1CSs
Hola querida gente.
Bienvenidos al TALLER RODARI
Trazo unas pequeñas líneas para dar a entender cuál es el fundamento de este taller compartido.
Trata de temas reflexivos sobre el valor y la potencialidad de los personajes de los cuentos de Rodari.
Sobre la humanidad de estas historias.
Estos cuentos han nacido en conjunto entre los niños y el maestro Rodari.
Cuando contamos hacemos nacer en forma renovada el cuento ya sabido, debido a los oyentes presentes.
Narrar es transitar el mundo porque todos los cuentos suceden en algún espacio físico.
Sabemos y no sabemos…
Creemos que conocemos a los personajes, Pero no.
La gran dificultad del narrador es que no ahonda en los sentimientos ni en la problemática de los personajes.
Estos talleres sensibles están llenos de preguntas sin respuestas.
Están llenos de propuestas que se multiplican de acuerdo a la inventiva y la reflexión de cada compañero de taller.
Confíen plenamente en aquel niño que aún somos.
Confíen plenamente en seguir descubriendo como narradores hasta el último momento.
Esto es un taller razonado que se va desarrollando con las preguntas que me hago.
Con las preguntas que se hacen.
Aquí se revela la vida personal a través de los cuentos.
Se revelan los cuentos a través de nuestra vida personal.
Este trabajo tiene muchos años de preparación.
Cuento estas historias hace más de 20 años sumada a una recopilación de ideas pero no pretendo enseñar, simplemente deseo mantenerlo como laboratorio vivo, tal cual es nuestra vida.
Jamás se detiene
El silencio no es mudo
Los pensamientos continúan
Con este método enseño a narrar con absoluta libertad.
No hay mayor verdad que decir desde nuestra propia experiencia.
El cuento está escrito
Ya no es del autor
Ya no es del narrador
Es de los personajes
Ellos nos miran y nos interpelan
Si no hacemos un acto consciente de ver la vida que hay dentro de un cuento los demás solo van a ver una representación.
Propongo sensaciones, percepciones, no certezas.
Vamos a disfrutar y empatizar con los cuentos y los personajes.
Buen taller!
LAS MONAS VIAJERAS
Un día las monas decidieron hacer un viaje de aprendizaje. Camina que camina, se pararon y una preguntó:
-¿Qué es lo que se ve?
-La jaula de un león, el estanque de las focas y la casa de la jirafa.
-Qué grande es el mundo y qué instructivo es viajar.
Siguieron el camino y se pararon solo al mediodía.
-¿Qué es lo que se ve ahora?
-La casa de la jirafa, el estanque de las focas y la jaula del león.
-Qué extraño es el mundo y qué instructivo es viajar.
Se pusieron en marcha y se pararon solo a la puesta del sol.
-¿Qué hay para ver?
-La jaula del león, la casa de la jirafa y el estanque de las focas.
-Qué aburrido es el mundo: se ven siempre las mismas cosas. Y viajar no sirve precisamente para nada.
Claro: viajaban, viajaban, pero no habían salido de la jaula y no hacían más que dar vueltas en redondo como los caballos del tiovivo.
………
El señor César era muy rutinario.
Todos los domingos por la mañana se levantaba tarde, daba vueltas por casa en pijama y a las once se afeitaba, dejando abierta la puerta del baño.
Aquel era el momento esperado por su hijo Francisco, que tenía solo seis años, pero manifestaba ya una inclinación por la medicina y la cirugía. Francisco tomaba el paquete de algodón hidrófilo, la botellita de alcohol desnaturalizado, el sobre de los esparadrapos, entraba al baño y se sentaba en el taburete a esperar.
-¿Qué hay? -pregunta el señor César, enjabonándose la cara.
Los otros días de la semana se afeitaba con la máquina eléctrica, pero el domingo usaba todavía el jabón y las cuchillas. Francisco se torcía en el pequeño asiento, serio, sin responder.
-¿Entonces?
-Bien -decía Francisco- puede ser que tú te cortes. Entonces yo te curaré.
-Ya -decía el señor César.
-Pero no te cortes a propósito como el domingo pasado -decía Francisco severamente-, a propósito no vale.
-De acuerdo -decía el señor César.
Pero cortarse sin hacerlo aposta no lo lograba. Intentaba equivocarse sin quererlo, pero es difícil y casi imposible. Hacía de todo para estar distraído, pero no podía. Finalmente, aquí o allá, el corte llegaba y Francisco podía entrar en acción. Secaba el hilo de sangre, desinfectaba, pegaba el esparadrapo. Así cada domingo el señor César regalaba un hilo de sangre a su hijo, y Francisco estaba convencido de ser útil a su distraído padre.
……
EL BURRO VOLADOR
Sobre la orilla del río, en una casita de madera, vivía una familia muy pobre. Eran tan pobres que la comida nunca alcanzaba para todos, y por lo menos uno tenía que quedarse en ayunas cada vez que la familia comía. Los niños le preguntaban al abuelo:
-¿Por qué no somos ricos? ¿Cuándo nos haremos ricos también nosotros?
El abuelo respondía:
-Seremos ricos cuando vuele el borrico.
Los chicos se reían. Pero algo creían. De vez en cuando iban al establo donde el burro masticaba su pasto seco; entonces, le acariciaban el lomo y le decían:
-Esperamos que no tardes mucho en decidirte a volar.
Por la mañana, no bien se despertaban, iban corriendo a ver al burro:
-¿Vas a volar hoy? Mirá que lindo, qué hermosos cielo. Es un día perfecto para volar.
Pero el burro solo le hacía caso a su pasto.
Un día comenzó a llover mucho. El río creció. Cedió el dique y las aguas se derramaron sobre los campos.
Aquella pobre gente tuvo que refugiarse en el techo de la casita, y allí llevaron también al burro, porque el burro constituía toda su riqueza.
Los chicos lloraban de miedo. El abuelo les contaba muchas historias y, de vez en cuando, para hacerlos reír, le decía al burro:
-Tonto y recontratonto, ¿no ves en qué lío nos metiste? Si supieses volar, nos salvarías.
Los salvaron, en cambio, unos bomberos con su lancha y los llevaron a un lugar seco. Pero el burro no quiso subir a la lancha de ninguna manera. Los niños ahora lloraban por el burro y le suplicaban juntando las manos:
-¡Ven con nosotros! ¡Ven con nosotros!
-Vamos -dijeron los bomberos-, después vendremos a buscar al burro. Primero tenemos que rescatar a mucha gente.
¡Nunca se vio una inundación tan terrible!
La lancha se alejó y el burro se quedó en el techo, plantado sobre sus patas, inmóvil.
¿Saben cómo lo salvaron” ¡Con un helicóptero! La bonita mariposa con motor se detuvo en el cielo sobre la cabeza del animal, zumbando. Un hombre descendió por una soga y, por lo visto, sabía bastante de burros, porque lo sujetó con cuidado por debajo de la panza. Luego, el helicóptero partió.
Y los chicos, que estaban acampando sobre el dique como soldados en guerra, vieron llegar a su burro a través del cielo.
Se levantaron de golpe, comenzaron a reír y a saltar, y gritaban:
-¡Vuela! ¡Vuela! ¡Somos ricos!
De todo el campamento, atraída por aquellos gritos, salió gente a mirar y a preguntar:
-¿Qué ocurrió? ¿Qué pasa?
-¡Nuestro burro vuela! -gritaban los niños-. Ahora somos ricos.
Algunos movían la cabeza con pena; pero muchos sonreían, como si sobre la llanura gris de la inundación hubiese asomado el sol, y decían:
-Es cierto. Tienen tanta vida por delante que no son pobres para nada.
…….
LA ANCIANA TÍA ADA
Cuando fue muy viejecita, tía Ada se fue a vivir al asilo de ancianos.
Compartía una pequeña habitación de tres camas con otras dos viejecitas tan ancianas
como ella.Tía Ada escogió inmediatamente una butaquita que estaba cerca de la ventana y
desmenuzó una galleta seca sobre el alféizar.
-¡Bravo, así vendrán las hormigas!dijeron irónicamente las otras dos vejecitas.
Pero en cambio llegó un pajarillo del jardín del asilo, picoteó muy contento la galleta y se
marchó.
-Ya ves lo que has conseguido- murmuraron las viejecitas-.Se lo ha comido y se ha ido
.Igual que nuestros hijos, que se fueron por el mundo , vete a saber dónde, y ni se acuerdan
ya de nosotras que los criamos.
Tía Ada no dijo nada, pero todas las mañanas desmenuzaba una galleta seca sobre el
alféizar de la ventana y el pajarito venía a picotearla, siempre a la misma hora, puntual
como un jubilado, y había que ver lo nervioso que se ponía cuando no la encontraba
preparada.
Después de algún tiempo, el pajarillo trajo a sus pequeños, porque había hecho un nido y
habían nacido cuatro, y éstos también venían todas las mañanas a picotear golosamente la
galleta de tía Ada y hacían mucho ruido si no la encontraban.
RODARI 2025
Fruto del interés por la literatura infantil, Rodari recorrió en los años sesenta multitud de escuelas italianas con un solo objetivo: contar cuentos y responder a todas las preguntas de los estudiantes. De esta actividad surgió su obra teórica más importante, un manual considerado de referencia para los educadores, y en el que intenta descubrir, a través del contacto directo con el alumnado, los procedimientos del arte de crear historias. Porque tal y como señaló el propio Rodari: “Siempre hay un niño que pregunta: ¿Cómo se inventan las historias?, y merece una respuesta sincera”.
Gianni Rodari nació en Omenga, Italia, en 1920. Hijo de padres panaderos y huérfano de padre desde los nueve años, fue criado a partir de entonces por una tía y después educado en internados y seminarios. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, finalizó sus estudios de Magisterio y comenzó a trabajar como periodista en el diario Cinque Punte.
Sus primeros textos literarios aparecieron en publicaciones como L’Ordine Nuevo firmando con el pseudónimo Francesco Aricocci. Pasó por varias publicaciones hasta que finalmente se incorporó y dirigió la revista mensual Il Giornale del Genitori. Con su pseudónimo publicó una recopilación de leyendas populares, Leyendas de nuestra tierra, y dos cuentos de corte fantástico: El Beso y La señorita Bibiana.
Cuando trabajaba para el diario L’Unitá descubrió su vocación como escritor para los más pequeños. De aquella época (finales de los 40) nacieron las primeras narraciones cortas, humorísticas, coplas y retahílas ligadas a la poesía popular italiana y sus primeros libros para niños: El libro de las retahílas y Las aventuras de Cipollino.
En la década de los 50 pasó de un periódico a otro, y siguió escribiendo textos que gustaban tanto a grandes como a pequeños; e iniciados los años 60 comenzó a recorrer las escuelas italianas, donde, a través del contacto directo y la interacción con los niños mientras leía sus cuentos, observó las reacciones de su audiencia y tomó notas para tratar de averiguar la técnica correcta a la hora de crear buenas historias. Pronto se convirtió en uno de los mejores escritores para niños. Durante esos años recorrió las escuelas italianas para contar historias, pero también para escuchar a los niños. Esta actividad culminó en la reescritura y publicación de Gramática de la Fantasía. Introducción al arte de contar historias.
Los esfuerzos y la dedicación a la literatura infantil de Gianni Rodari tuvieron recompensa en 1970, cuando logró el Premio Hans Christian Andersen, el mayor galardón internacional para un escritor del género.
Sus libros, cargados de humor, imaginación y una fantasía desbordante, no escaparon a una crítica del mundo actual con un lenguaje muy pintoresco, espontáneo y en ocasiones comprometido.
Falleció en Italia en 1980.
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