EL REY DE CASI TODO
Eliardo França (Brasil)
El rey de Casi-Todo tenía casi todo.
Tenía tierras, ejercitos y tenía mucho oro
Pero el rey no estaba satisfecho con el casi todo. El quería todo.
Quería todas las tierras,
Quería todos los ejércitos del mundo Y quería todo el oro que hubiese todavía.
Entonces mandó a sus soldados en procura de todo.
Y fueron conquistadas más tierras.
Otros ejércitos fueron dominados.
En sus cofres ya no cabía tanto oro.
Pero el Rey todavía no tenía todo. Seguía siendo el Rey de Casi-Todo.
Por eso quiso más.
Quiso las flores, los frutos y los pájaros.
Quiso las estrellas y quiso el sol.
Flores, frutos y pájaros le fueron traídos.
Se apresaron las estrellas y el sol perdió su libertad.
Pero el Rey todavía no tenía todo.
Porque teniendo las flores, no podía quitarles la belleza y el perfume.
Teniendo los pájaros no podía quitarles el canto
Teniendo las estrellas no podía quitarles su brillo
Y teniendo el sol, no podía quitarle la luz.
El Rey era aún el Rey de Casi-Todo
Y se puso triste.
En su tristeza salió a caminar por sus reinos.
Pero sus reinos eran ahora muy feos.
Las flores y los frutos habían sido recogidos.
La noche no tenía estrellas y el día no tenía sol
Y triste como él estaban sus súbditos.
Entonces el Rey de Casi-Todo no quiso nada más.
Mandó que devolviesen las flores a los campos y que entregasen las tierras
conquistadas.
Mandó que plantasen árboles que dieran frutos y que soltaran los pájaros.
Mandó que distribuyesen las estrellas por el cielo y que liberaran al sol.
Y el Rey se volvió feliz.
En su inmensa alegría sintió la paz.
Y sintiendo la paz, el Rey vio que no era más el Rey de Casi-Todo.
El, ahora, lo tenía todo.
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