“EL GRAN ERROR DE MUCHOS NARRADORES ES QUERER SER LOS CONTADORES DE TODAS LAS HISTORIAS DEL MUNDO
Y NO LOS INSTRUMENTOS DE ESAS HISTORIAS”.
Estaba leyendo, diría disfrutando y estudiando a la vez, “El sonido de la montaña” de Yasunari Kawabata.
De pronto me asaltó la idea de escribir este diario y publicarlo.
Siempre me asalta un pensamiento, una reflexión y la escribo en una hoja, una servilleta, un trozo de papel.
Luego lo plasmo en mis cuadernos de estudio. (Tengo varios, sobre los temas que desarrollo en talleres o en contadas. Armo una especie de manual de consulta,
guía, referente, que me es de mucha utilidad. Invierto mucho tiempo en estudiar. No un texto para ver de que forma contarlo.
Sí, en el sentido de comprender el contenido que conlleva y comprender el pensamiento narrativo del autor y no lo que yo quiero manipular del mismo.
En este caso. El material de Kawabata, (Tengo absolutamente toda su bibliografía)
Comprendo el sentido y la atmósfera de la cultura. Comprendo el alma de Kawabata, tan particular y única.
Manejo desde hace muchos años el idioma conciso de la poesía japonesa mediante el Haiku y el valor de la naturaleza en la manifestación literaria japonesa.
Todo esto lo digo, como un aliciente para que los alumnos busquen este tipo de profundidad en la busqueda de material.
Está al alcance de todos, por eso lo comparto. Lo que yo tengo es para ser dado, para compartirlo.
Por eso hablo sobre mi propia experiencia, tal vez a algun compañero pueda servirle.
(Mientras tanto sigo escribiendo a la vez que pienso y ahora transcribo el párrafo que me motivo a escribir este primer diario.)
“Hay mariposas más allá de los arbustos.
Pero, como si prefirieran evitar que Yasuko las viera, tres mariposas levantaron vuelo sobre los tréboles.”
Este otro:
“Hicieron un trayecto en diagonal cruzando el seto y volvieron a aparecer desde el pino de la casa vecina.
Avanzaban en forma vertical, sin romper la fila o alterar la distancia que las separaba…”
QUÉ TREMENDA MANERA DE DESCRIBIR EL VUELO DE LAS MARIPOSAS.
Por eso escribí arriba:
“EL GRAN ERROR DE MUCHOS NARRADORES ES QUERER SER LOS CONTADORES DE TODAS LAS HISTORIAS DEL MUNDO
Y NO LOS INSTRUMENTOS DE ESAS HISTORIAS”.
Debemos estar en ese jardín, o ver a través de la ventana de ese jardín para contar este vuelo y no pensar que estamos en un escenario.
Diario de un maestro refiere a esa conciencia que me guía, no a Pedro Parcet. Pedro es simplemente un compañero narrador como ustedes.
Maravilloso. Sensible. Comprensible con el corazón
Muy bueno, Maestro. Que lindo, es poder transmitir los conocimientos de esta forma, con calidez y el ejemplo del día a día. Abrazo.
Con cuanta delicadeza y sensibilidad enseñas, gracias
gracias por hacérmelo conocer!!!siii…entrar en la historia..ser parte y desde allí narrar….lindo viaje!!
Cada palabra tuya tiene peso. Gracias por mostrar esta forma de enseñanza.
Siempre valorando, Gracias por mostrar estas delicadezas