ESSENNA. ESCUELA SENSIBLE DE NARRACIÓN.
CHEIKO DESCUBRIÓ LAS VIOLETAS FLORECIDAS EN EL TRONCO DEL VIEJO ARCE.
“AH. HAN FLORECIDO OTRA VEZ ESTE AÑO”, DIJO AL TOPARSE CON LA DULZURA
DE LA PRIMAVERA.
(En otro párrafo)
EL TRONCO ESTABA LIGERAMENTE INCLINADO HACIA LA DERECHA A LA ALTURA DE LA
CINTURA DE CHEIKO, Y A LA ALTURA DE SU CABEZA SE RETORCÍA AÚN MÁS.
POR ENCIMA DE LA CURVA, LAS RAMAS SE EXTENDÍAN HACIA AFUERA, DOMINANDO EL
JARDÍN, Y LOS EXTREMOS DE LAS RAMAS MÁS LARGAS CAÍAN HACIA ABAJO POR SU PROPIO
PESO.
JUSTO DEBAJO DE LA CURVA MAYOR HABÍA DOS HUECOS EN LOS QUE CRECÍAN VIOLETAS.
CADA PRIMAVERA SE LLENABAN DE CAPULLOS. DESDE QUE CHEIKO PODÍA RECORDAR,
LAS DOS VIOLETAS HABÍAN ESTADO ALLÍ EN EL ÁRBOL.
LA VIOLETA SUPERIOR Y LA INFERIOR ESTABAN SEPARADAS POR UNOS TREINTA CENTÍMETROS.
“¿LA VIOLETA SUPERIOR Y LA INFERIOR SE REÚNEN ALGUNA VEZ? ¿SE CONOCEN ENTRE SÍ?”,
SE PREGUNTABA CHEIKO…
El ideal estético sobre el discurso meramente narrativo. Su literatura pictórica, en la que los paisajes, las estaciones, los colores, las texturas y aromas son los principales focos, la alta sensibilidad de su obra. Kioto (Koto, 1962) es un ejemplo de esta dimensión “KAWABATA”.
Chieko es una joven adoptada por Takichiro y Shigue. Takichiro es un comerciante en telas de un centro mayorista.
Cheiko descubre que fue abandonada por sus verdaderos padres y que tiene una hermana que vive en una aldea a las afueras de la gran ciudad.
Kawabata plantea al lector unos personajes con unas señas de identidad definidas por los rasgos de la naturaleza. Así, mientras que Chieko es la naturaleza refinada, la de los grandes jardines llenos de flores delicadas (la presentación del personaje se realiza, no en vano, en los inicios de la primavera, asimilándola a unas sencillas violetas que crecen en el tronco de un viejo arce), su hermana Naeko es la naturaleza en estado puro, la de los grandes árboles, las montañas, la rustico y salvaje.
Kawabata, va más allá con su acostumbrada contemplación de la belleza sensorial que emana de las estaciones y los colores que dominan en cada una de ellas. Digno mensajero de la esencia del haiku.
El libro es también un acto de reflexión y de búsqueda de la propia identidad.
La historia se desarrolla en Kioto.
Un Kioto que fluye al ritmo de las estaciones, La interrelación de las estaciones con los personajes. La naturaleza de sus personalidades en relación a esa atmósfera es fundamental para describir sus conflictos interiores.
Naturaleza, sensibilidad estética, rigor de escenas aplicadas a ese ambiente son signos claros de ESSENNA, nuestra escuela narrativa
El trabajo de laboratorio me llevó a presentar a un compañero narrador frente a los otros.
Ayudé a su cuerpo y este de pronto, según las señas del texto se arqueó, sus brazos se extendieron o yo los prolongué más allá de lo imaginable. Se convirtieron en gruesas ramas que caían y en uno de ellos crecieron las violetas.
Allí aparece una doble construcción estética.
1. La construcción estética vista por el oyente es de una arquitectura inequívoca (resguardo que los movimientos del narrador sean como pinceladas de Sumi-e sin ningún rasgo teatral, que la palabra sea coherente con el movimiento intuitivo y no ensayado). Simplemente el narrador muestra aquello sin invadirlo. Sin querer ser aquello.
2. A partir de esta construcción estética el narrador extiende los paisajes a su antojo. Estando instalado plenamente en el escenario del cuento.
3. Aprende a “Pararse” en la escena del cuento. Para mí mucho más valioso que pararse en el escenario.
REPITO:
CHEIKO DESCUBRIÓ LAS VIOLETAS FLORECIDAS EN EL TRONCO DEL VIEJO ARCE.
“AH. HAN FLORECIDO OTRA VEZ ESTE AÑO”, DIJO AL TOPARSE CON LA DULZURA
DE LA PRIMAVERA.
(En otro párrafo)
EL TRONCO ESTABA LIGERAMENTE INCLINADO HACIA LA DERECHA A LA ALTURA DE LA
CINTURA DE CHEIKO, Y A LA ALTURA DE SU CABEZA SE RETORCÍA AÚN MÁS.
POR ENCIMA DE LA CURVA, LAS RAMAS SE EXTENDÍAN HACIA AFUERA, DOMINANDO EL
JARDÍN, Y LOS EXTREMOS DE LAS RAMAS MÁS LARGAS CAÍAN HACIA ABAJO POR SU PROPIO
PESO.
JUSTO DEBAJO DE LA CURVA MAYOR HABÍA DOS HUECOS EN LOS QUE CRECÍAN VIOLETAS.
CADA PRIMAVERA SE LLENABAN DE CAPULLOS. DESDE QUE CHEIKO PODÍA RECORDAR,
LAS DOS VIOLETAS HABÍAN ESTADO ALLÍ EN EL ÁRBOL.
LA VIOLETA SUPERIOR Y LA INFERIOR ESTABAN SEPARADAS POR UNOS TREINTA CENTÍMETROS.
“¿LA VIOLETA SUPERIOR Y LA INFERIOR SE REÚNEN ALGUNA VEZ? ¿SE CONOCEN ENTRE SÍ?”,
SE PREGUNTABA CHEIKO…
Gracias por esta experiencia compartida
Pedro Parcet.
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Brillante y emotivo taller. sobre todo el respeto por ese entorno del cuento que has creado y por tu humildad. Gracias Maestro.